La mujer en Grecia, segunda parte.

El gineceo
En Atenas los gineceos no estaban cerrados con llave, pero basta la costumbre para retener a las mujeres en casa. Aunque había que distinguir entre las distintas clases sociales. Los atenienses pobres, no disponían de una vida reducida en casa, y permitían salir a sus mujeres. Las mujeres atenienses de clase media y ricos disponían de un gran gineceo, en ocasiones con patio interior. Las mujeres de la burguesía si tenían que realizar alguna compra debían ir acompañadas por una esclava. Pero las mujeres tenían ocasión de salir de casa sobre todo con motivo de fiestas o acontecimientos familiares.

El divorcio
El divorcio está previsto en numerosos contratos matrimoniales, permitiendo a marido y mujer iguales oportunidades para repudiarse mutuamente. También se han hallado escrituras de divorcio. Las estipulaciones más importantes son las que se referían a la restitución de la dote. Los hijos tenían que ser mantenidos por el padre, aunque no residieran con éste. Esta medida era justa, ya que lo normal era que la propiedad común quedara en manos del marido. Un contrato matrimonial de 92 a. C., que aborda la protección de los bienes comunes a lo largo de toda la duración del matrimonio, admite que la esposa normalmente sufre un daño financiero tras la disolución de su matrimonio, ya que no recibe parte alguna de los bienes del matrimonio sino, simplemente le devuelven la dote que aportó. Este documento también hace constar específicamente cual debe ser la conducta sexual del marido, lo que incluye la prohibición de traer al hogar una segunda esposa, tener una concubina o un joven amante y tener hijos con otra mujer o vivir en una casa que no sea la suya, apartándose así de su esposa.

Actividades económicas de las mujeres
La capacidad legal de la mujer para obtener beneficios de actividades económicas se incrementó durante este periodo. No sólo en Egipto, sino en otras áreas del mundo griego, mujeres respetables participaron cada vez más en actividades económicas. Las mujeres griegas ejercían un control sobre sus esclavos, pues era corriente que figuraran en las inscripciones en las que se nombraba a los que concedían su manumisión. Hay 123 mujeres entre los 491 que se relacionan como liberadores en una lista de Delfos del año 150 a. C.


Hay una clara evidencia de la actividad económica de la mujer en Delos: mujeres casadas, asistidas por sus tutores, pedían dinero a préstamo —lo que sugiere que eran ellas mismas, más bien que sus maridos, los responsables de sus deudas particulares— y esposas de prestamistas aparecen registradas como "conformes" con los préstamos concedidos por sus esposos.

Bibliografía: información extraida de wikipedia y el libro de Robert Flaceliere "La vida cotidiana en Grecia en el siglo de Pericles", edición de 1993 por la editorial Temas de Hoy.

Para obtener mas información:
http://www.cibernous.com/autores/platon/curioso/mujer.html

La mujer en Roma, segunda parte.





El debilitamiento de la autoridad paterna


A finales de la República, la mujer romana había logrado el derecho formal sobre sus hijos.



Emancipación y heroísmo de la mujer romana


La mujer romana gozó de una dignidad y autonomía similares a las obtenidas por el movimiento feminista contemporáneo.

A finales del siglo I y comienzos del II, abundan las grandes figuras femeninas cuya fortaleza de carácter resulta digna de admiración. En el trono se suceden unas emperatrices realmente dignas de llevar, como sus maridos, el título Augusta.Gracias a estas criaturas libres y orgullosas la Roma antigua alcanzó una de las más altas cimas morales de la humanidad.
Pero en ocasiones la libertad se convertía en indiferencia y la igualdad llevaba a los esposos, incluso a los más nobles, a una frialdad egoísta, cuando no a un comportamiento caprichoso y perverso.


Feminismo y amoralidad


Frente a estas heroínas de la aristocracia imperial, mujeres irreprochables y madres excelentes, es preciso oponer las esposas <>,o mejor, <>cuyo modelo se hizo frecuente por la nueva condición del matrimonio romano.Mujeres que no querían renunciar a su aspecto físico y eludían los derechos de maternidad;muchas no contentas con vivir de los hombres, se las arreglaban para vivir sin ellos recurriendo a la traición y el abandono.

Se entregaban con entusiasmo en cambio a todo tipo de ocupacion que en los tiempo de la República se reservaban para los hombres.Dejaban el bordado, la rueca,la lectura y el canto o la lira y se poían a imitar a los hombres, cuando no a dominarlos. Fue cuando las mujeres se empezaban a interesar por la política.Las había que preferían alcanzar una reputación literaria en lugar de dedicarsea la diplomacia y los ejércicios de estrategia. Desde que las mujeres se convirtieron en competidoras de los hombres, empezaron a alimentarse como los atletas... y aunque no tenían la excusa del deporte, adquirieron la costumbre de comer y beber como si dedicaran su vida a ello.
Es evidente que la independencia de la que entonces gozaban las mujeres romanas las llevó a adquirir unas licenciosas costumbres; y el libertinaje en el que se movían,a la disolución de los lazos familiares.
El divorcio y la inestabilidad familiar
El matrimonio romano siempre había sido indisoluble.Pero pronto dejó de asombrar a los romanos, ya que en posteriores generaciones los maridos abandonaban a sus mujeres sin que nadie se indignara por ello ni la justicia hiciera nada para impedirlo.
Después del casamiento de Sila con Valeria, una joven divorciada, se produjeron una epidemia de separaciones conyugales que, a pesar de las leyes de Augusto,tiende a hacerse endémica en los tiempos del Imperio.Auguto no pudo prohibir los divorcios, pero sí pudo regularlos.La iniciativa de divorciarse a menudo partía de la mujer, quien tras impopner su ley,abandonaba al hombre.

Bibliografía:información extraida del libro "Vida cotidiana en la Roma Imperial" de Jerôme Corcopino. Editorial Temas de hoy, Barcelona,edición de 1993.

Otro lugar para solicitar información:
http://www.ihistory101.net/espanol/Rome/roman-women.htm