La mujer en Roma, segunda parte.





El debilitamiento de la autoridad paterna


A finales de la República, la mujer romana había logrado el derecho formal sobre sus hijos.



Emancipación y heroísmo de la mujer romana


La mujer romana gozó de una dignidad y autonomía similares a las obtenidas por el movimiento feminista contemporáneo.

A finales del siglo I y comienzos del II, abundan las grandes figuras femeninas cuya fortaleza de carácter resulta digna de admiración. En el trono se suceden unas emperatrices realmente dignas de llevar, como sus maridos, el título Augusta.Gracias a estas criaturas libres y orgullosas la Roma antigua alcanzó una de las más altas cimas morales de la humanidad.
Pero en ocasiones la libertad se convertía en indiferencia y la igualdad llevaba a los esposos, incluso a los más nobles, a una frialdad egoísta, cuando no a un comportamiento caprichoso y perverso.


Feminismo y amoralidad


Frente a estas heroínas de la aristocracia imperial, mujeres irreprochables y madres excelentes, es preciso oponer las esposas <>,o mejor, <>cuyo modelo se hizo frecuente por la nueva condición del matrimonio romano.Mujeres que no querían renunciar a su aspecto físico y eludían los derechos de maternidad;muchas no contentas con vivir de los hombres, se las arreglaban para vivir sin ellos recurriendo a la traición y el abandono.

Se entregaban con entusiasmo en cambio a todo tipo de ocupacion que en los tiempo de la República se reservaban para los hombres.Dejaban el bordado, la rueca,la lectura y el canto o la lira y se poían a imitar a los hombres, cuando no a dominarlos. Fue cuando las mujeres se empezaban a interesar por la política.Las había que preferían alcanzar una reputación literaria en lugar de dedicarsea la diplomacia y los ejércicios de estrategia. Desde que las mujeres se convirtieron en competidoras de los hombres, empezaron a alimentarse como los atletas... y aunque no tenían la excusa del deporte, adquirieron la costumbre de comer y beber como si dedicaran su vida a ello.
Es evidente que la independencia de la que entonces gozaban las mujeres romanas las llevó a adquirir unas licenciosas costumbres; y el libertinaje en el que se movían,a la disolución de los lazos familiares.
El divorcio y la inestabilidad familiar
El matrimonio romano siempre había sido indisoluble.Pero pronto dejó de asombrar a los romanos, ya que en posteriores generaciones los maridos abandonaban a sus mujeres sin que nadie se indignara por ello ni la justicia hiciera nada para impedirlo.
Después del casamiento de Sila con Valeria, una joven divorciada, se produjeron una epidemia de separaciones conyugales que, a pesar de las leyes de Augusto,tiende a hacerse endémica en los tiempos del Imperio.Auguto no pudo prohibir los divorcios, pero sí pudo regularlos.La iniciativa de divorciarse a menudo partía de la mujer, quien tras impopner su ley,abandonaba al hombre.

Bibliografía:información extraida del libro "Vida cotidiana en la Roma Imperial" de Jerôme Corcopino. Editorial Temas de hoy, Barcelona,edición de 1993.

Otro lugar para solicitar información:
http://www.ihistory101.net/espanol/Rome/roman-women.htm



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